Toxina botulínica y su aplicación en el tratamiento del bruxismo
Se entiende por bruxismo el trastorno que altera los movimientos bucales normales, y que se acompaña por la acción de apretar o rechinar los dientes, de forma intensa y de manera involuntaria; esto puede suceder en cualquier momento del día.
El bruxismo puede afectar de manera significativa los dientes, las articulaciones temporomandibulares (ATM) y músculos relacionados, generando en los pacientes dolor durante el proceso de masticación, desgaste dental y fracaso en las restauraciones odontológicas, como por ejemplo los implantes dentales. (Alcolea, 2019).
Los síntomas más comunes con los que se asocia el bruxismo son el dolor de cabeza, Otros de los síntomas con los cuales se asocia el bruxismo son dolor de cabeza intenso, limitación de la apertura de la boca, ruido de clic al momento de masticar, entre otros.
Fisiopatología del bruxismo
El bruxismo puede aparecer por factores periféricos o factores centrales, de los cuales se resaltan los factores morfológicos, factores patofisiológicos y factores psicológicos. El artículo Bruxismo del Frugone Zambra y Adrián Rodríguez, nos explica lo siguiente:
“Los factores morfológicos se refieren a las alteraciones en la oclusión dentaria, y a anormalidades articulares y óseas. Los factores patofisiológicos se refieren a una química cerebral alterada y los factores psicológicos se relacionan a desórdenes psicosomáticos, ansiedad, problemas de personalidad, etc.” (Frugone Zambra RE, 2003).
Toxina botulínica para el tratamiento del bruxismo
Son múltiples los tratamientos que han desarrollado para tratar el bruxismo, como lo son la utilización de férulas de descarga o terapias farmacológicas, estas buscan limitar los efectos del trastorno, ayudando así a mejorar la calidad de vida del paciente. Sin embargo, durante los últimos años la aplicación de toxina botulínica tipo A (TB-A) ha demostrado ser un tratamiento eficaz para tratar el BRX.
De acuerdo con el artículo Tratamiento del bruxismo con toxina botulínica tipo A. Estudio clínico prospectivo del Dr Justo M Alcolea y la Dra Liza Mkhitaryan, la utilización de la TB-A ha demostrado ser un tratamiento beneficioso para los pacientes: “...en los últimos años se ha informado de buenos resultados con las inyecciones de toxina botulínica tipo A (TB-A) en los músculos hipertrofiados o con contracciones potentes. (10-13) La TB-A induce la relajación muscular en aquellos músculos en los que se aplica; en el caso de los músculos maseteros disminuye la contracción muscular excesiva, tanto en reposo como durante los movimientos de masticación”.
Los beneficios se pueden ver de 2 a 4 días después de la primera aplicación de la TB-A, y la duración de los efectos puede ser de hasta 6 meses, se recomienda realizar periódicamente la aplicación de TB-A para observar mejores resultados, esto se debe hacer en la compañía y asesoramiento de un profesional de la salud, ya que cada caso de bruxismo es diferente en cada persona y por ende su tratamiento pude variar.